jueves, 23 de octubre de 2014

Movilizando las aulas: algunas ideas

Hace algunas semanas asistí a una conferencia organizada por la Fundació Bofill sobre la incorporación de dispositivos móviles en el aprendizaje. La jornada se centró en la presentación de la propuesta del Mobile Learning de la UNESCO (ver presentación aquí) y la descripción de la situación del aprendizaje móvil en Cataluña (aquí). 

Realmente se trata de un tema apasionante. El aprendizaje móvil se está instalando en múltiples ámbitos de los centros educativos. No sólo permite el acceso a mil y un recursos didácticos sino que también potencia la comunicación entre personas e instituciones, permite la generación y difusión de contenidos propios o, incluso, facilita la gestión de las organizaciones educativas. En cualquier caso, parece evidente que el mlearning ha llegado para quedarse, por lo que resulta interesante analizar sus posibilidades y, sobretodo, los obstáculos y resistencias a los que deberá hacer frente para conseguir su plena consolidación y, en definitiva, la mejora de resultados a la que supuestamente debería ir asociado.

Los contenidos presentados por los participantes fueron, en líneas generales, muy interesantes pero, sobretodo, llamaron mi atención las reflexiones e inquietudes de los asistentes (presencial o virtualmente) al evento plasmadas mediante el hashtag #mlearningcat. Seguidamente reproduzco una pequeña serie de cuestiones referenciadas, aunque podéis ver un amplio resumen de la jornada clicando aquí.

Una primera cuestión de interés sería si el mlearning puede ser una herramienta interesante para favorecer el aprendizaje personalizado. Podría serlo, cierto. De hecho, la capacidad para favorecer la interacción y adaptarse a las múltiples realidades del alumnado mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación parece ser una de las potencialidades más importantes del aprendizaje móvil. No es casualidad que este sea uno de los puntos fuertes destacados por la propuesta de la UNESCO. No obstante, es evidente que para ello será necesario hacer una adecuada inversión en formación y capacitación del profesorado para que éste pueda tutelar los procesos de aprendizaje individualizados y, como apuntaba algún asistente, generar conocimiento y, sobre todo, aprendizaje. 

Por otro lado, algunos participantes planteaban la duda de si el uso de dispositivos móviles en el aula permitirá la generación de nuevas dinámicas y metodologías de aprendizaje o si, por lo contrario, acabaremos haciendo lo mismo pero todo ello revestido con el traje molón que proporcionan las nuevas tecnologías. Así pues, muchos  destacamos la necesidad de no deslumbrarse con los soportes y poner especial atención en los contenidos y, sobretodo, en los procesos de trabajo para generar aprendizajes eficaces y significativos.

Otra cuestión interesante relacionada con esta nueva forma de aprendizaje es el tema de la identidad digital y la reputación on line. Ciertamente, no se trata de una cuestión menor. La competencia digital del alumnado debe hacer frente a este y otros aspectos en un contexto en el que, por desgracia, una parte importante del profesorado presenta notables déficits formativos. Cómo introducir al profesorado en esta nueva dinámica sin dejar de ser referentes debe ser otro de los retos del mlearning.

Por último, otro aspecto importantísimo es la cuestión del acceso a los dispositivos móviles por parte de los centros educativos y del alumnado. Algunos participantes apuntaban que su generalización puede ser una cuestión difícil para determinados centros con escasos recursos económicos.

En definitiva, un tema apasionante el que se nos viene encima con esto del aprendizaje móvil. No obstante, sin pretender ser  aguafiestas, me gustaría acabar con una reflexión de Jordi Martí (@xarxatic) al respecto del fenómeno mlearning. Y es que discutir sobre la aplicación de dispositivos móviles en el aula cuando la gran mayoría de normativas de centro prohiben su uso puede sonar un pelín ridículo. Pues eso, paso a paso...


    2 comentarios :

    1. Es un tema muy complejo el uso de nuevas tecnologías en el aula. Involucra la capacitación de docentes, investigación pedagógica seria, recursos logísticos suficientes, etc,etc,etc,etc. Creo que primero hace falta paliar las deficiencias que sostendrían ese modelo para ejecutarlo eficientemente.

      En ocasiones se permite ir más alla de lo aprendido en el aula y en otras ocasiones solo sirve para ser un medio de entretenimiento caro. Eso depende mucho de cada alumno y de la correcta motivación y dirección que realice el profesor.

      Incluso se eligen gadgets muy limitados por encima de otros. Una tablet o smartphone, son inferiores comparados con una netbook (las "minilaptops"), y aún así se prefiere su empleo solo por la popularidad que tienen. No hacen falta las investigaciones que demuestran el deterioro de las habilidades motrices finas (que se fortalecen mucho en la educación preescolar) provocado por el abuso del uso de equipos "touch" a edades tempranas.

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      1. Muy cierto. Uno tiene la sensación de estar empezando la casa por el tejado. Más allá de la tendencia general a la aplicación de TICS en el aula, deberíamos plantearnos todos los elementos que apuntas: ¿estamos bien formados?, ¿qué gadgets y aplicaciones me convienen?, ¿qué papel van a jugar las TICS en la unidad que vamos a trabajar?, ¿cuál va a ser su aportación? Lo contrario nos puede llevar a hacer un uso superficial y poco provechoso. En fin, mucho por aprender y por trabajar todavía. Muchísimas gracias por pasarte por aquí y comentar! Ya sabes donde estamos! Un saludo!

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