lunes, 29 de agosto de 2016

"Para todo lo demás, betacamp"

Existen cursos y formaciones de todo tipo y condición. Congresos, conferencias, seminarios, charlas y talleres. Cursos presenciales, semipresenciales y a distancia donde aprender desde infinidad de lenguas extranjeras hasta el manejo de herramientas TIC, pasando por el coaching, el marketing docente, la creatividad o la programación. Cursos caros, baratos e incluso gratuitos de e-learning, m-learning, b-learning y (pon la letra que quieras)-learning. En definitiva, mil y una opciones y posibilidades de formarte como docente. Y luego está el betacamp

Seguro que os acordáis de aquella campaña de publicidad de Mastercard. "Hay cosas que no tienen precio -venían a decir desde la entidad financiera-, para todo lo demás puedes usarnos". Uno tiene la sensación de que con el betacamp pasa un poco lo mismo. Podríamos decir que hay cosas que no se pueden encontrar fácilmente en otras propuestas formativas, para las cuales el betacamp resulta una excelente opción. ¿Ejemplos?  

Para convivir durante días con tu tribu docente.

Para sentirte... ¡Qué coño! Para ser un high teacher (aunque sea por unos días).

Para aprender jugando y jugar sin dejar de aprender.

Para autoproclamarte un "docente salvaje" y huir como de la peste de la rigidez organizativa.

Para estudiar (y divagar) sobre el sentido de la educación en un camarote atestado de gente.

Para reflexionar (y divagar también) sobre la evaluación y sus entresijos.

Para descubrir la relación entre sandías, huevos, preservativos y gravedad.

Para alcanzar la motivación extrema a finales de agosto.

Para descubrir dónde se orina y (sobre todo) dónde no debe hacerse.

Para disfrutar solo, con amigos, en pareja o en familia. En litera, furgoneta o acampando.

Para escuchar historias de hamsters asesinos y cohetes valientes.

Para ver/hacer música en/de todas partes.

Para alucinar con narraciones (infantiles o no).

Para equivocarse, aprender, dudar, sentir nervios y, sobre todo, ponerse en el lado del alumnado.

Para sermonear y ser sermoneados (cómo nos gusta dar la chapa, malditos).

Para ver Saturno (sí, ver Saturno) y volver a la consulta de tu astrónomo de cabecera.

Para disolver los problemas en humor y jugar con la literatura.

Para soñar con robots arqueólogos y tesoros escondidos.

Para encerrar a noventa personas en una carpa llena de puertas y ventanas.

Para aprender sobre proactividad y autonomía. 

Para llevar a la iglesia a muchos ateos y sacar de fiesta a otros tantos muermos.

Para obligarnos a escuchar al otro y dejar de mirarnos el ombligo.

Para "hacer cosas", que diría aquél.

Para ilusionarte y emocionarte.

Para sufrir el lumbago en silencio (o casi).

Para cantar recetas (o casi) una vez más.

Para sólo  ver horizonte y olvidarte del vértigo de las jerarquías.

Para compartir recursos, inquietudes, dudas y aprendizajes mil.

Para descubrir a excelentes profesionales que hacen cosas excepcionales en sus centros.

Así pues, recuerda: para todo esto y, sobre todo, para TODO LO QUE TÚ QUIERAS Y ESTÉS DISPUESTO A HACER, betacamp.


PD: Como siempre, mil gracias al grupo impulsor por vuestro trabajo. Algún día daremos el paso de agradeceros todo el esfuerzo a echaros un cable. I promise! ;)
PD2: Y, sobre todo, gracias también a ti, Sonia!


viernes, 26 de agosto de 2016

Reválidas, inspectores, cachondeo y otras historias

Informamos de nuevas entradas en la página Diccioadultos.


C

Cachondeo: Actitud habitual de las administraciones educativas en relación a la aplicación de cualquier ley educativa al ámbito de la formación de personas adultas. 


I

Inspector: Profesional al servicio de la administración educativa al que ayudas a descubrir la estructura y el funcionamiento de la educación para personas adultas. Una vez descubiertas (puede que antes, incluso) te pediré las prgramaciones didácticas.

R

Reválida: Método científico de comprobación de conocimientos establecido por las administraciones educativas. En breve también presente en la educación para adultos. Para un análisis más serio del asunto puedes leer "L'educació vintage o les conseqüències de la revàlida de l'ESO a l'educació d'adults" del compañero @jmab76.


V

Vuelta al cole: Pasados los tres meses de vacaciones de verano, momento en el que los profesores de adultos retoman su plácida y tranquila actividad en los centros. Recuerda que nuestros alumnos "vienen porque quieren".


Ya sabes que puedes hacer llegar tus aportaciones por distintas vías: twitter, comentarios, mail y tal. Para leer el resto de conceptos haz clic aquí.



jueves, 18 de agosto de 2016

El acabose educativo

Después de un mes de desconexión y retomando alguna que otra lectura educativa (el verano ha sido territorio [casi] exclusivo para la ficción) recupero una sensación ya vivida a final de curso pasado. Y no demasiado agradable, que digamos. Leyendo a unos y a otros, servidor tiene la sensación de estar viviendo algo parecido al "acabose educativo", un momento en el que todo está perdido o a punto de estarlo. Una época de toma de decisiones cruciales que, bien nos permitirá llegar al paraíso educativo (por supuesto en modo innovador), bien nos asentará en las tinieblas del tradicionalismo docente (por los siglos de los siglos, amén). Y es que me parece que en los últimos tiempos se ha recrudecido el debate entre innovadores y -como no sé cómo llamarlos diré- los otros.

Los primeros, los innovadores, presentan la necesidad de apretar el acelerador de la innovación. Digo presentan porque en muchas ocasiones el argumentario va poco más allá de la puesta en evidencia del propio discurso docente. Vamos, lo que se conoce como postureo educativo. Y no es que me parezca mal la visibilización del trabajo realizado (bien o mal, casi prefiero esto último), al contrario. Pero, en mi opinión, a veces se leen y escuchan demasiadas generalidades y topicazos con voluntad de alcance universal que no aportan demasiado al debate educativo. He leido por ahí, incluso, hablar de últimas oportunidades en la educación. Me da la impresión de que en educación existen las oportunidades aprovechadas y/o perdidas, pero hablar de la última oportunidad del sistema me parece excesivo.

Y los otros, los guardianes de las esencias docentes, critican a las primeras de cambio cualquier atisbo de innovación, hablando de métodos poco fundamentados y estudiados (olvidando, por supuesto, cuánto fracaso han generado las llamadas metodologías tradicionales), señalando modas y prácticas vacías de contenido, denunciando un uso descontrolado de las TIC... En definitiva, crítica y más crítica en muchas ocasiones carente de ningún tipo de propuesta alternativa.

Por otra parte, tampoco es que se trate de un debate de nueva generación. Añadiendo, eso sí, nuevos aparejos tecnológicos y demás moderneces, me parece que siempre ha existido esta tensión entre distintas concepciones de la profesión. No obstante, sí que existe un nuevo elemento diferenciador respecto épocas pasadas: el ruido que unos y otros generamos en las redes sociales.

Por suerte (y como siempre), creo que existe un gran número de docentes al margen de este ruido mediático, los cuales ponen al servicio de su alumnado los recursos y conocimientos de que disponen de una manera realista y sin florituras. Desde el sentido común, vamos. Intentaremos, a lo largo de este nuevo curso, acercarnos a este ejemplo y evitar contribuir al estéril ruido presente  a menudo en twitters, facebooks y plataformas varias. Pues eso, ¡empezamos el nuevo curso!